La chirimoya: un tesoro exótico
La chirimoya (Annona cherimola), también conocida como anón, es una fruta de la que mucha gente ha oído hablar pero pocos han tenido la oportunidad de probar. Paradójicamente, el mayor productor de este dulce manjar no es su región de origen –los Andes en Sudamérica–, sino España. Aunque las zonas de cultivo más importantes se encuentran alrededor de Málaga y Granada en el continente, las Islas Canarias (incluido Tenerife) también son un lugar excelente para el cultivo de la chirimoya.
De donde viene la chirimoya en España?
Originariamente la planta proviene de zonas con clima tropical y subtropical (entre ellos Perú, Ecuador, Colombia). Con el tiempo se descubrió que en el Mediterráneo y las Islas Canarias existían condiciones lo suficientemente suaves para que madurara con un sabor superior al de las frutas importadas de otras partes del mundo. Gracias a ello, España se ha convertido en líder mundial en producción de chirimoya, llegando hasta hace poco a representar el 80% del total mundial. Este resultado se debe a una combinación de alta demanda, clima favorable y una ruta corta hacia el consumidor europeo.
Por qué Tenerife?
Las Islas Canarias son famosas por su clima cálido, subtropical y su alta humedad, lo que favorece el crecimiento de la chirimoya. Estas frutas no toleran las bajas temperaturas, pero al mismo tiempo no toleran el calor extremo por encima de los 30°C. La costa de Tenerife les permite crecer y madurar en condiciones estables durante gran parte del año.
A qué sabe y cómo se come?
La pulpa de la chirimoya tiene la consistencia de un pudín espeso con un sabor que combina notas de plátano, piña y la delicada dulzura de la fresa. El contenido de azúcar alcanza hasta el 20%, aunque también se puede sentir una nota ligeramente ácida. La fruta se suele comer cruda: después de cortarla, simplemente coma el centro suave y cremoso con una cuchara, teniendo cuidado de no tocar las semillas duras. También funciona bien en postres, cócteles y batidos, añadiéndoles dulzura natural.
Cultivo y curiosidades
Polinización manual: Las flores de chirimoya pasan por fases femeninas y masculinas separadas, por lo que la polinización manual se utiliza a menudo en huertos profesionales. Esto aumenta varias veces el número de frutos bien formados.
Infrutescencia: lo que llamamos una única “manzana de azúcar” es en realidad una colección de numerosas frutas pequeñas que crecen juntas formando un todo (similar a una piña).
Transporte y almacenamiento: la chirimoya es extremadamente sensible a los daños. Incluso un golpe leve puede provocar que la delicada piel se torne marrón. Por eso se envasa en redes de espuma protectoras.
Rico en nutrientes: la pulpa contiene muchas vitaminas (especialmente vitamina C), así como calcio, fósforo y tiene un mayor contenido de proteínas que la mayoría de las frutas.
Temporada y disponibilidad
La chirimoya suele estar disponible para la venta desde finales del verano hasta la primavera, aunque las fechas exactas dependen del microclima y del método de cultivo. En Tenerife la temporada tiende a ser ligeramente más larga que en las regiones más frías de la España peninsular.
Por qué vale la pena intentarlo?
La chirimoya es una combinación única de dulzura tropical y frescor ligero. Si estás en Tenerife o planeas ir allí, asegúrate de buscar fruta fresca en los mercados locales (mercadillos) o tiendas. ¡Su textura cremosa y su sabor exótico pueden convertirlos en uno de tus descubrimientos “canarios” favoritos!
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