Canistel – un error de fruta o una curiosidad exótica?
Siempre supongo que vale la pena probar cosas nuevas, especialmente si son locales y exóticas. Por eso, cuando tuve en mis manos un canistel, o la llamada «fruta huevo», no pude resistirme, porque si es una fruta, debe ser deliciosa… ¿verdad?
Bueno, esta vez no.
¿Primera impresión? El sabor (o más bien la falta de él) se parecía al de una patata cruda. De él emanaba una sustancia dura, seca y algo pegajosa, lo que no animaba a seguir experimentando. Pero como no me gusta rendirme tras el primer bocado, le di otra oportunidad, esta vez en versión cocida. Al fin y al cabo, en Internet se afirma que el canistel se puede «salvar» mediante un tratamiento térmico.
Bueno… no. Cuando se cocinó, sabía a cebolla cocida. En serio. Fruta con sabor a verdura recién sacada del caldo: ese no fue mi momento de gloria culinaria.
Pero bueno, cada aventura culinaria te enseña algo. Y aunque Canistel definitivamente no estará en mi lista de favoritos, me alegro de haberlo probado. Porque nunca se sabe: ¡quizás la próxima vez descubra algo que conquiste mi paladar!